Creo firmemente que la deuda es el síntoma de un gasto excesivo, del desperdicio y de un ahorro deficiente.
Sabes, una estadística curiosa refleja que las consolidaciones de deudas las cuales ofrece el sistema financiero, (sin formación adecuada acerca del uso y manejo del dinero) son sumamente peligrosas, pues pareciera que el problema es la deuda y no la forma en que son administrados los recursos.
Creo firmemente que la deuda es el síntoma de un gasto excesivo, del desperdicio y de un ahorro deficiente.
Sabes, una estadística curiosa refleja que las consolidaciones de deudas las cuales ofrece el sistema financiero, (sin formación adecuada acerca del uso y manejo del dinero) son sumamente peligrosas, pues pareciera que el problema es la deuda y no la forma en que son administrados los recursos.
Con la consolidación de deudas estarás tratando con el síntoma y no con la causa del endeudamiento. Según datos estadísticos, el 75% de las personas que consolidan deudas en meses regresan nuevamente a adquirir más deudas y esta se incrementa. Proverbios 4:26. «Cuídate, mantente en la senda y estarás a salvo. No tomes el atajo; retira tu pie del peligro«.
Cada vez que tomamos un atajo en nuestras vidas, sin el aprendizaje y la corrección debida nosotros mismos interrumpimos las bendiciones de Dios.
Generalmente buscamos atajos o caminos cortos cuando tenemos problemas económicos, en el hogar o en el matrimonio. Ya quédate en el lugar donde estás y libra la batalla, sal victorioso de ello y gradúate en lo que Dios te está tratando de enseñar. La ideas básica es que: «Todo desenlace que experimentas en la vida, sean esos éxitos, fracasos, riquezas, pobreza, salud o enfermedad, intimidad o alejamiento, gozo o frustración, son el resultado de la forma en cómo te relacionas y cuál ha sido tu actitud ante uno o varios eventos previos en tu vida«.
Alégrate, asume responsabilidad y riesgos pues sin estos dos ingredientes las posibilidades de éxito son mínimas.
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